José de Almada Negreiros, Retrato de Fernando Pessoa, 1964.
Museu Calouste Gulbenkian
- Coleção Moderna. © Almada Negreiros, VEGAP, Madrid, 2017
7 de febrero, 7 de mayo del 2018
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
con la Fundação Calouste Gulbenkian
http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/pessoa
Comisariado: Ana Ara y João Fernandes
"A través de la prolífica producción textual de sus más de cien heterónimos, Pessoa creó una vanguardia propia y se convirtió en intérprete de excepción de la crisis del sujeto moderno y de sus certezas, trasladando a su obra una otredad múltiple que achacó a su desorientación existencial."
Queda muy claro, la caida del autor, la falta de nombre, y la busqueda del seudonimo, en Pessoa, que adelanta al hombre contemporaneo: el Otro no lo nombra, porque el Otro ha caido, a su vez el otro no lo representa, ya que todos cambiamos de nombre y de lugar permanentemente. No solo se trata de la caida de la identidad, el nombre y el lugar, sino la identidad al infinito, ahora una ahora la otra. Lo que nos llama la atención es como los museos, y los grandes museos, en principio en el dominio de la imagen, se ocupan de los escritores. Antes se trataba de ver o leer, museo o editorial, galeria o teatro, ahora podemos exponer lo que se lee, podemos visualizar (poesia visual) lo que se escribe. Con esto quiero señalar que no solo es la caida del Otro, que nos identifica y nos nombra, sino de la caida del objeto. El objeto que nos ha permitido separarnos del Otro, y nos empuja a escribir, a pintar, a escuchar o a bailar.
Pessoa: miope y visionario
José María Parreño | 09/02/2018
El Cultural, 09 02 2018
http://www.elcultural.com/revista/arte/Pessoa-miope-y-visionario/40649
"El título de la exposición 'Todo arte es una forma de literatura' puede tener distintos significados. Uno: el arte moderno, que se rebeló frente a toda norma e incluso frente a su destino, sólo puede entenderse como formas diversas de lo poético. Dos: “Todo arte es una forma de literatura, porque todo arte consiste en decir algo”, como escribió Pessoa por mano de Álvaro de Campos. Y tres, como también pensaba Pessoa: la literatura es el arte que aglutina todas las demás manifestaciones artísticas. Pero esto último no fue una mera teoría del oceánico poeta lisboeta, sino una estrategia creativa que le sirvió para dialogar con las remotas vanguardias internacionales, así como para estimular la creación artística local. Por eso, a la hora de ofrecer un panorama de la vanguardia portuguesa de las primeras décadas del siglo XX (entre 1914 y 1936 exactamente) los comisarios de esta interesante exposición han convertido la figura de Fernando Pessoa (1888-1935) en el elemento vertebrador.
Retrato de Fernando Pessoa, 1914/1928
Pessoa también forjó el interseccionismo, una especie de cubismo radical, en el que la descomposición de planos se trasladaba a lo verbal, y que se resume en la sentencia de Álvaro de Campos: “Experimentar todo de todas las maneras”. Sin embargo, el núcleo de la exposición y la propuesta estética de mayor envergadura de Pessoa fue el sensacionismo, fundado junto con el también escritor Mário de Sá-Carneiro y que tuvo en la revista Orpheu (sólo dos números en 1915) el vehículo privilegiado para su difusión. El sensacionismo observa que distintas de las sensaciones puramente externas y de las espontáneamente internas, hay otras, que proceden del trabajo mental: son las sensaciones de lo abstracto y la manera de organizarlas es lo que llamamos arte.